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Al cabo de un mes, Barba Azul le dijo a su mujer
que tenía que viajar a provincia por seis semanas
debido a un negocio importante; le pidió que se
divirtiera en su ausencia, que invitará sus buenas
amigas, que las llevara al campo si lo deseaban,
que se diera gusto.
—He aquí, —le dijo—, las llaves
de los dos guardamuebles,
estas son las de la vajilla de
oro y plata que no se ocupa
todos los días, aquí están las de los
estuches donde guardo mis pedrerías, y esta es la
llave maestra de todos los aposentos.
En cuanto a esta llavecita, es la del gabinete al
fondo de la galería de mi departamento. Puedes
abrir todo, puedes ir a todos lados, pero te
prohíbo entrar a este pequeño gabinete, y te lo