—
—Nadie puede resistirse al encanto del Antiguo
Egipto —sentenció el profesor Chispa—. Estamos
en la avenida de las Esfinges, que une el
TEM-
PLO
de Luxor con el Templo de Karnak. ¡Ima-
ginad cómo debía de ser cuando pasaban por aquí
grandes procesiones! —Y añadió en tono
enér
gico
—: Ahora vamos a dormir al hotel. Por la
mañana visitaremos Karnak y luego iremos a las
excavaciones arqueológicas
.
—¡¿Visitaremos Karnak?! —repitió Violet sin
dar crédito—.
¡FANTÁS T I CO!
Creía que debía-
mos ir lo antes posible a las excavaciones.
Curiosamente, el profesor parecía cohibido:
—Ejem… sí, ése era el plan, pero… ejem… tenéis
que ver los templos de Karnak. ¡Son maravi-
llosos! Por eso le he pedido un día de permiso a
Ratterson.
Colette vio que Chispa se había puesto muy serio
al nombrar al famoso egiptólogo.
I
ncursión
en el pasado