El
agua
del Nilo era de un azul intenso, surcada
de leves
olas
plateadas. El viento hinchaba
las velas de la falúa
*
y refrescaba a las chicas,
expuestas al sol
abrasador
.
Pam le dio una palmada en el hombro a Nicky:
—¡Buena idea, hermana! ¡Esta barca corre que
es una
maravilla
!
Mientras navegaban hacia el sur, iban dejando
atrás el verde de las
cañas
de azúcar y de las
palmeras, el blanco, el amarillo y el rosa de las
fl res
de acacia, y se adentraban en el dorado
intenso de la arena del
desierto
.
Paulina intentó telefonear una vez más al profe-
sor, pero no sirvió de nada:
V
ISITA
A
R
ATTERSON
*
Pequeña embarcación de vela de casco estrecho y alargado.