—¡Increíble! —exclamó Paulina y fue corriendo
a por su
inseparable
PDA—. ¡Por eso tomaba
tantas medidas!
Sus amigas la
rodearon
.
—¿Qué vas a hacer? —preguntó
Pamela, con
CURIOSIDAD
.
Paulina tecleaba y tecleaba fre-
néticamente.
—Estoy comprobando la teoría del profesor Chispa.
Tomo el mapa del cielo con la
n
de Orión y le superpongo los puntos donde se
encuentran los escarabajos… ¡Es verdad!
¡Real-
mente coinciden!
Luego, trazó una
LÍNEA
que unía los escara-
bajos con las tres estrellas del cinturón de Orión
y la prolongó hasta la estrella Sirio. Entonces,
TIC TIC TIC
TIC TIC TIC
TIC TIC TIC
E
L CINTURÓN
de
O
RIÓN