9
aaii-eei-OOO-uuuu
UiOAEeee
Las primeras hojas del
cuaderno provocaron agradables
sorpresas en los niños; pero al
rato hubo un cansancio general.
El siseo se convirtió en un
murmullo de comentarios:
—¡Qué pesada!
—¡A ver si aprende otras letras!
Ajena a estas explicaciones, la
niña seguía empeñada en escribir
sus vocales gordas, flacas, altas,
bajas...
—¿Qué haces? —le preguntó
la maestra.
—Dibujo.
—¿Qué dibujas?