Puse la maceta sobre el escritorio.
—¡Qué detalle tan
bonito
!
—Quería traerte una flor, pero después he
pensado que sería mejor traerte algo
vivo
…
Le acaricié
AFECTUOSAMENTE
las orejitas.
—¡Tú siempre tienes buenas ideas, Benjamín!
—Ejem, tiíto, ¿puedo pedirte una cosa?
—¡Mi maestra me ha pedido que vengas a la
escuela y, tú y yo contemos nuestra magnífica
av entura
!
—Estaré encantado, sobrinito. Es muy impor-
tante difundir este mensaje:
¡hay que respetar
la naturaleza!
3.
Cuando se hayan formado pe-
queñas raíces, trasplanta el hueso a
una maceta con buena tierra. Rié-
gala de modo que la tierra siempre
esté ligeramente húmeda.
3.
—
¡
C
l
a
r
o
,
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o
n
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t
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d
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m
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c
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a
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ó
n
!
¡U
N DETALLE
…
VIVO
!