Página 113 - Stilton 48 - El templo del rubí de fuego

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Puse la maceta sobre el escritorio.
—¡Qué detalle tan
bonito
!
—Quería traerte una flor, pero después he
pensado que sería mejor traerte algo
vivo
Le acaricié
AFECTUOSAMENTE
las orejitas.
—¡Tú siempre tienes buenas ideas, Benjamín!
—Ejem, tiíto, ¿puedo pedirte una cosa?
—¡Mi maestra me ha pedido que vengas a la
escuela y, tú y yo contemos nuestra magnífica
av entura
!
—Estaré encantado, sobrinito. Es muy impor-
tante difundir este mensaje:
¡hay que respetar
la naturaleza!
3.
Cuando se hayan formado pe-
queñas raíces, trasplanta el hueso a
una maceta con buena tierra. Rié-
gala de modo que la tierra siempre
esté ligeramente húmeda.
3.
¡
C
l
a
r
o
,
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¡U
N DETALLE
VIVO
!