s
u
s
p
i
r
o
d
e
a
li
v
i
o
Un instante después, lanzó sobre mis orejas
una llave inglesa con un papel
enrollado
.
—
Ayyyyy...
—murmuré,
masajeándome el chichón.
Benjamín leyó en
voz alta
:
Exhalé un
suspiro
de alivio.
Por fin había llegado el profesor.
¡Querido amigo, gracias, sabía que podía con-
tar con usted! Le espero a medianoche en la ori-
lla del río, ¡procure que no le vean! ¡El secreto
es fundamental!
Saludos ratunos, ratónicamente suyo,
Profesor Voltio
¿P
REFIERES
EL VIENTO
,
EL
TUFO O
…?