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Esta era una vez en Australia, donde se encontraban todos los
canguros, entre ellos estaban Mimo, un canguro domesticado
que vivía con su familia.
Un día Mimí, la hermana de Mimo quiso que Mimo la
acompañara a buscar amapolas al cerro, y Mimo haciéndose de
rogar le dijo que tenía que hacer cosas más importantes que ir
a buscar amapolas.
La pequeña cangurito se fue sola y muy triste ya que su
hermano no la quiso acompañar y ella le tenía miedo ir sola
porque el cerro quedaba un poco lejos y ella no sabía muy bien
el camino corto así es que tenía que irse por el camino largo
pero para avanzar se fue por el camino corto.
Después de un rato de camino Mimí, sintió unos pasos que la
seguían y ella pensó que era Mimo que le quería hacer una
broma, así es que no le hizo caso y siguió su camino como si
nada, pero lo que Mimí no sospechaba era que no era Mimo
sino que Carní un tigre que se comía los animales pequeños así
como Mimí. Mientras tanto Mimo en su aldea estaba
descansando y sus padres fueron a preguntar si habían visto a
Mimí y él les dijo que fue al cerro a buscar amapolas, los padres
de los canguritos muy preocupados y rápidamente fueron en su
búsqueda y le dijeron a Mimo que se adelantara y la buscara
porque podía Mimí encontrarse con Carní y Mimo muy
preocupado se sentía muy culpable y eso lo hacía ir más rápido
todavía.
Mientras tanto, Mimí muy aterrada porque según ella la broma
de Mimo estaba dando efecto.
Cuando llegó Mimí al cerro se cayó y se hundió en las amapolas
y eso hizo que Carní la perdiera de vista y como era alérgico a
las flores no podía meterse en las amapolas, después de un rato
de esperar a Mimí Carní se aburrió y se fue.
Al instante después apareció Mimo muy preocupado fue y
buscó y como sabía que a Mimí le gustaba tenderse en las
amapolas y dormir un rato, se metió en medio de las amapolas
y fácilmente la encontró durmiendo y muy relajada, enseguida
la despertó y ella se espantó y dio un grito tan inmenso que