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EL VAMPIRO
Esta era una vez una niña muy pero muy inteligente llamada Marta.
Un día Marta fue a jugar al patio de su escuela y ese día había ido ella sola a la
escuela por lo tanto era la única que estaba en el patio cuando de repente le vienen
unas ganas locas de hacer una excavación, ella quería llegar a China o encontrar algo,
cuando llegó el atardecer Marta todavía seguía cavando y cavando cuando de
repente vio la cabeza de un cadáver, quien resultó ser un esqueleto de un vampiro,
pero el vampiro de repente desapareció, y fue robado por el profesor Marcos
Flanders y su amigo Juan Venus, quienes vivían juntos y colocaron el vampiro en su
garaje para que la gente pagara por verlo, la Marta no pensaba que era un vampiro,
si no que era una broma de alguien que quería burlarse del que lo encontrara, la
gente estaba tan entusiasmada con el vampiro que no le importaba el precio que
tenían que pagar por verlo.
Con este negocio Juan y Marcos se estaban haciendo millonarios, cosa que a Marta
no le gustaba nada.
Un día el vampiro desapareció de donde lo tenía Juan y Marcos y como Marta era la
única que estaba en contra de esa obra de arte como la llamaban todo, es por eso
que empezaron un juicio en contra de Marta, y hasta su familia estaba en contra de
ella y de su “perfección” era envidiada y también odiada por todo el mundo.
Cuando el juez estaba a punto de llevar a Marta a prisión, alguien miró por
casualidad hacia la loma de la montaña y ahí vio que estaba el vampiro, al instante
después ya no había ni una sola persona en el juicio, solo el juez y su secretario, que
estaba escribiendo todo lo que decía el juez, quien al ver el vampiro en la montaña
dictó inocente a Marta de todo lo que se le acusaba.
Pero al llegar a loma de la montaña en los pies de la montaña estaba el siguiente
mensaje: “En el atardecer, el fin del mundo estará aquí”.
Y al llegar el atardecer no paso nada, aunque hay que reconocer que todo estaban
muy asustados con eso del fin del mundo, y pasó lo siguiente, el vampiro se levantó y
dijo que los siguieran y el los llevó a “EL VAMPIRO” una casa comercial, y ahí se
dieron cuenta de que era todo una tanda comercial, para vender sus malos y caros
productos.
Y todos y uno a uno le tuvieron que pedir disculpas a Marta, quien siempre tuvo la
razón, y por eso todo ahí la adoraban y creían porque siempre decía la verdad.
Desde ese día fueron felices siguiendo el ejemplo de Marta diciendo siempre la
verdad.