Página 43 - libro carla

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Monokin y las pulgas
-Erase una vez un mono muy, pero muy flojo y
más encima cochino.
Un día Monokin, que así se llamaba, se estaba
tratándose acordar cuando fue la última vez que se
había bañado, cuando de repente sintió una inmensa
comezón, eran sus pulgas y sin darse cuenta, se
metió al río, enseguida y al instante el agua clara se
transformo en agua tibia y negra.
Monokin se asustó mucho pero le encantó
sentirse limpio y desde ese día se bañaba
diariamente.
Tiempo después, llegó una plaga de pulgas que se
repartieron por los animales y también por Monokin.
.
Un día Monokin se cansó de esas benditas
pulgas, y después de un rato de mucho pensar,
decidió que no se bañaría en una semana y, así todas
las pulgas se irían donde él, después buscaría una
parte muy profunda del río y ahí las pulgas se
ahogarían toditas, y así lo hizo y funcionó su idea.
Cinco años después de que ya no había ni una sola
pulga, llegó el Cholo un viejo perro flaco al que
habían abandonado en el bosque y que más encima
tenia pulgas en su pelaje. Él era como Monokin
antes, porque no se bañaba nunca y con sus pulgas
contagio a Monokin y a todos los habitantes de aquel
bosque.
Esta vez Monokin, no pudo eliminar las pulgas
como la vez anterior, pero aquí apareció Jonatan, él