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Un día llegó Ernesto Velasco, era un empresario
y que era candidato para ser alcalde de su comuna,
José era buen ciudadano, así es que le hizo un buen
recibimiento, pero Ernesto era orgulloso y como
José era pobre lo despreció por eso.
Un día cuando José se dirigía al monte con
Firulays apareció Candela la hija de Ernesto y Dalia
su perrita, José y Firulays quedaron impresionados
de tal belleza pero ninguna de ellas los miró porque
al igual que Ernesto eran orgullosas.
A la mañana siguiente Firulays se arrancó de la
casa de José y se paró en frente de la casa de
Ernesto, este pensó que era un león o un puma por lo
grande que era así es que lo hecho a balazos.
Cierto día, la perrita Dalia y su dueña fueron al
río porque querían bañarse, no sé si fue por
casualidad pero José y Firulays estaban debajo del
agua jugando a que eran buzos, cuando de repente
sintieron que algo se metió al agua y salieron a ver
era Candela y Dalia discutieron un rato cuando de
repente Dalia desaparece y no sabían dónde estaba y
mientras José y Candela discutían que ¡se fue por
acá! No decía Candela ¡se fue por allá! Firulays se
metió al agua de nuevo y se fue al fondo del río y ahí
estaba Dalia inconsciente pero relajada y a penas
Firulays la tocó lanzo un enorme ladrido aunque no
se escuchó porque estaban debajo el agua, pero poco
a poco se fueron llevando bien y conociéndose,
lástima que no pasaba lo mismo con Candela y José
porque por cualquier cosa estaban peleando y
discutiendo y cada vez que José se acercaba José a