Las tortugas viven muchísimos años, y es posible que Clementina siga viajando
feliz por el mundo. Es posible que toque la flauta y haga hermosas acuarelas de
plantas y flores.
Si encuentras una tortuga sin casa, intenta llamarla: “¡Clementina, Clementina!”
Y si te contesta, seguro que es ella.