Clementina decía:
“Ya verás que felices seremos,
Viajaremos y descubriremos otros lagos y
otras tortugas diferentes,
y encontraremos otra clase de peces,
y otras plantas y flores a la orilla,
¡será una vida estupenda!,
iremos incluso al extranjero
¿Sabes una cosa?...
Siempre he
querido visitar
Venecia…”
Y Arturo sonreía
y decía vagamente
que sí.