Al final de la pendiente, la
piedra
se detuvo.
Las chicas del Club de Tea y el profesor cayeron
al suelo, exhaustos.
—¡AUUF!
El pasillo había terminado y tenían delante una
cavidad enorme, con una amplia terraza semi-
circular.
Nicky fue la primera en
LEVANTARSE
y
corrio'
ha-
cia el extremo de la terraza, contenta de poder
salir al aire libre.
Frente a ella se abría un gran precipicio. Al otro
lado del mismo había una cornisa de roca, pero
estaba demasiado lejos para alcanzarla de un
U
N
DESCUBRIMIENTO
SENSACIONAL
.