nios, ¡Y desde hace milenios, rufianes sin es-
crúpulos han tratado de robarlo por todos los
medios! Por eso el Rubí del Templo es falso, y
el auténtico está guardado aquí, ¡
PROTE-
GIDO
por una boa que lo vigila noche y día!
Tea conectó la radio y se puso en contacto con
la policía local.
—Hemos capturado a tres malhechores que
deforestaban
la selva amazónica. Vengan
a detenerlos.
¡Cambio y corto!
Por la noche, me pareció que Uistití se escabu-
llía furtivamente, ¿
o quizá sólo lo estaba soñan-
do
? Volví a dormirme profun-
damente,
¡
C
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m
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VERDADERA
GUARDIANA DEL
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