a
lo grande
todo el día, después, una parti-
da de futbolín
a
lo grande
con Grandioso,
y más tarde he zampado
a
lo grande
en el restau-
rante de la playa!
—Ejem, ¡me alegro
mucho por voso-
tros! —murmuré.
Fui a la playa con
Benjamín. Subí
hasta una roca para
darme un buen chapu-
zón, pero vi a un individuo
que corría hacia nosotros gritando:
¡Era Grandioso!
Me zambullí para librarme de él. Pero cuando
salí a la superficie, ¡me hallaba en medio de
un espesísimo
b a n c o d e m e d u s a s
!
¡
T
r
a
m
p
i
t
a
s
e
d
i
v
i
r
t
i
ó
z
a
m
p
a
n
d
o
!
P
EOR QUE
LA MOMIA
DE
T
UTANKAMÓN