Me llevaron a la orilla más muerto que vivo,
totalmente
picado
por las medusas.
Grandioso Alogrande comentó:
—Stilton, trataba de avisar-
te de que aquí hay medu-
sas
a
lo
gr
an
de
…
Cuando Demencio Lo-
catis me vio de nuevo,
masculló:
—Hummm, si todos los
clientes del pueblo fue-
ran como usted, ¡no ten-
dría un
segundo
libre!
Me aplicó una crema
apestosa
y muy
desagradable, desde la
punta de los bigotes hasta
la punta de la cola, y me
vendó de arriba abajo.
P
EOR QUE
LA MOMIA
DE
T
UTANKAMÓN