Le propuse:
—Si quieres, no sólo te enseñaré
a escribir, sino también a leer:
¡ya verás, es muy divertido!
Nos sentamos a la orilla del río y empezamos
por el alfabeto.
—Repite conmigo:
Ella me guiñó un ojo.
—C de… ¡ Caimán!
Nos reímos juntos.
Nos estábamos haciendo amigos.
A
B
C
A
d
e
Á
r
b
o
l
,
B
d
e
B
a
n
a
n
a
…
C
DE
…
¡C
AIMÁN
!