Dio un puñetazo sobre un montón de tierra
roja. ¡Era un termitero!
De pronto, Congrio se vio cubierto de termi-
tas, que lo
pi coteaban
con ganas.
Corrió al torrente y se arrojó al agua gritando.
Veneno soltó una risita bajo los bigotes:
—
¡ J i , j i , j i i i !
aa
aa
aa
aa
aa
aa
aa
aa
gg
gh
hh
!
¿A
QUIÉN
TENGO
QUE DESPACHURRAR
…?