Página 9 - Barba Azul

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Al principio no vio nada porque las ventanas
estaban cerradas; al cabo de un momento, empezó
a ver que el piso se hallaba todo cubierto de
sangre coagulada, y que en esta sangre se
reflejaban los cuerpos de varias mujeres muertas
y atadas a las murallas (eran todas las
mujeres que habían sido las
esposas de Barba Azul y que él
había degollado una tras otra).
Creyó que se iba a morir de miedo, y la llave del
gabinete que había sacado de la cerradura se le
cayó de la mano. Después de reponerse un poco,
recogió la llave, volvió a salir y cerró la puerta;
subió a su habitación para recuperar un poco la
calma; pero no lo lograba, tan conmovida estaba.