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Lo intentaron una vez… ¡nada!
Otra vez… la rueda se movió un poco y luego se
paró.
Al tercer intento, se
con todo su
peso sobre los ejes y… por fin, la rueda empezó
a ceder. Poco a poco, con extrema
lentitud
,
pero de forma regular.
E
L MISTERIO
DE LA RUEDA