Las chicas del Club de Tea se acercaron al pro-
fesor Chispa.
—No vais a meter vuestras patas en el tesoro —los
amenazó Paulina.
Dunya resopló,
rabiosa
, y les dio la espalda.
—¡Quitádmelos de encima! —les ordenó a Toprat
y a sus cómplices—. No puedo perder el tiempo
con estos numeritos.
Toprat zarandeó a Chispa para
apartarlo
, pero el
profesor opuso resistencia y ambos rodaron por
el suelo.
Entre tanto, Pamela, Nicky, Paulina, Colette y
Violet se enfrentaron a los otros ladrones. Lucha-
ron con todas sus fuerzas para
HUIR
de ellos y
se escurrían como peces de las patas de los sa-
queadores.
De pronto, Chispa y Toprat, que seguían
en el suelo, chocaron contra unos
jarrones de terracota dispuestos en forma de pi-
rámide. La pirámide se derrumbó, los jarrones
¡
F
UERA
ESAS PATAS!