MEDIACIÓN

1. Dame un corazón de apóstol

Virgen de las vírgenes,
Reina de las reinas,
Madre de las madres,
luz brillantísima
de la que nació la Estrella de Jacob
que ilumina a todos los que atravesamos
las tinieblas de este mundo,
ruega para que nazca en mi corazón Jesús
y me lo ilumine,
vivifique
y embalsame celestialmente,
a fin de que,
no sólo sea un trono vivo
grato a su inefable majestad,
sino que también se convierta
en ardentísimo apóstol
de su Divina Soberanía.

2. Oh María

Oh María,
alcánzanos la gracia
de que todos los que aclamamos
en nuestro corazón
la eterna Soberanía de tu Hijo,
vivamos encendidos
en santo celo
por la dilatación en la tierra
de su Reino.

3. A María, Reina

Virgen Toda-Hermosa,
dulce y Santa Madre,
por la alegría de tu corazón purísimo
en el día de tu Asunción gloriosa
y por los sentimientos de gratitud y amor
que experimentaste
al ser coronada por tu Hijo,
nuestro Redentor y Rey,
alcánzanos desprecio
de las vanidades de la tierra
y valor para despertar
a los cristianos que duermen
y atraerlos a la defensa
de la Soberanía de Jesús, nuestro Bien infinito.
Envíanos también
espíritus apostólicos infatigables
que nos ayuden en esta empresa,
Madre de Cristo, Virgen de las vírgenes,
Reina de las reinas, oh María.

4. Reina y Madre nuestra

Reina y Madre nuestra,
por tu soberanía de inocencia y gracia original  
y tu suprema agonía
en la crucifixión de tu Hijo, nuestro Soberano,
te pedimos nos alcances la gracia
de formarle una Corte de adoración perpetua
coronada de apostolados de santas obras.

5. Para pedir dulzura

Reina de la paz,
tesoro inagotable de mansedumbre,
alcánzame una constante suavidad de espíritu   
y una perfecta sumisión de mis deseos
a los de tu corazón.

6. A nuestra Reina Inmaculada

Virgen sin mancilla
desde el primer instante de tu ser;
creada Reina de los ángeles y de los hombres,       
por los méritos de tu Hijo;
identificada con su sacrificio en el Calvario.
Te suplicamos nos alcances
una adhesión a Cristo
tan pura, noble y ardiente,
que nuestras almas,
limpias de toda impureza
y encendidas en el mismo amor
que irradia tu corazón,
vivan sin cesar
unidas al sacrificio de  tu Hijo
y le adoren contigo
en el tiempo y en la eternidad.

7. Oración de las Hijas de Cristo Rey

Oh María,
por el honor sobre todo honor
en que te creó tu Hijo;
por el dogma de tu soberanía original
en el que Cristo, nuestro Bien,
asentó su reino de gracia;
por el esplendor de virtud
con que este dogma ilumina la tierra,
te pedimos nos alcances,
Reina y Madre nuestra,
tan constante,
ardiente
y fiel gratitud a Cristo
por haberte creado Soberana de los ángeles
y de todas las criaturas,
que vivamos sin cesar consagrados
a formarle
una inmensa CORTE DE ADORACION.

8. Intercesora

Reina y Madre nuestra, 
intercede, 
para que tu Hijo envíe almas 
que se consagren 
a promover el triunfo 
de su Soberanía de bien universal.

9. A María, Madre del Amor Hermoso

María,
Purísima, fragante y eterna Rosa,
Tú eres la Madre del Hermoso Amor, 
Cristo, nuestro Rey.
Alcánzanos, dulce Reina y Madre nuestra, 
la gracia de reunirle 
innumerables coros 
que le adoren.

10. Trono vivo de Dios

Trono vivo de Dios, 
alcánzame la gracia 
de que mi corazón 
sea sabio en amor, 
ardiendo siempre
como lámpara inextinguible 
ante el Sacramento 
de la Caridad infinita.

11. Para pedir esperanza

Madre de la Santa Esperanza,
alcánzamela de tu Hijo
tan firme,
que en ninguna dificultad,
oscuridad o combate desfallezca.

12. Por el triunfo de la Soberanía de Cristo

Virgen Madre,
Inmaculada Reina nuestra,
por el amor con que adoraste a tu Hijo
desde el primer instante de la Encarnación;
por la total, absoluta y perfecta abnegación
con que te inmolaste espiritualmente
al pie de la cruz,
alcánzanos la gracia
de conocer y agradecer,
según la capacidad de nuestro entendimiento
y el amor de nuestro corazón,
el supremo acto de amor:
la infinita victoria de Jesucristo
sobre la muerte.
Alcánzanos también, Reina y Madre, la gracia    
de saber unir todos nuestros afectos,       
esfuerzos y sacrificios
al de tu Inmaculado Corazón
y presentarlos al de nuestro Rey.
A todos los que te aclamamos
Madre y Reina nuestra,
únenos al pie del altar
donde se inmola tu Hijo,
para desagraviarle con nuestra adoración.

13. A nuestra Reina, María

Emperatriz de los ángeles y de los hombres,
a ti que, como Madre del Verbo humanado,
participas de su omnipotencia,
te suplicamos
intercedas ante tu Hijo,
para que experimentemos pronto
los efectos de su misericordia.
Óyenos, Madre piadosa,
para que disipada la tibieza
y desechada la soberbia
y todas las pasiones,
acudamos a los pies de nuestro Padre
para que nos acoja con misericordia.
Míranos con piedad
y sean tus dulcísimos ojos,
mensajeros de salud, de bendición, de paz,
de conversión hacia nuestro Redentor
y Salvador temporal y eterno.

14. Para pedir amor de Dios

Madre de Aquel
que es la Caridad por esencia,
alcánzame la gracia
de que el fuego del amor de Dios
arda siempre en mi corazón.

15. Óyenos, Madre

Emperatriz de los ángeles y de los hombres,
Madre del Verbo Humanado,
a ti, que eres la Reina muy amada
de la Corte del cielo
acudimos los que aclamamos
a Cristo Rey en la tierra.
María, Madre de inefable clemencia,
te pedimos que intercedas ante tu Hijo,  
nuestro Rey, Jesús,
para que experimentemos
los efectos de su misericordia.
Óyenos, Madre piadosísima,
sacratísima Reina,
y alcánzanos la gracia
de que todos los que aclamamos
la Soberanía de tu Hijo
vivamos encendidos en celo
por la dilatación de su reino.

16. Para pedir fe

María,
llamada feliz,
por haber sido elevada
a la dignidad de Madre de Dios
y más feliz
por haber creído,
alcánzame una fe viva
en Jesucristo, tu Hijo.